
MODOS DE ENTENDER EL SCREEN
Por Aissa Santiso
A modo de introducción: ¿Por qué sacar a la luz el screen como tema?
Recordando el criterio de un buen amigo, una parte significante de mi arte reside en sacar a la luz aquello que permanece irrelevante ante nosotros, ese llamar la atención hacia lo natural en la vida cotidiana en una forma inusual al sentido común.
Quizás por pura coincidencia asociativa empecé a denominar mis instalaciones “ambientes de luz” proyectadas en el espacio, según una breve definición leída de Brea, Screen Art, como línea de trabajo que tipifica una modalidad formal dentro del lenguaje de los llamados new medias, expuesto en su libro La era Postmedia. Pero, cierta modalidad queda aún indefinida dentro de la pirámide de valores del new media art; ¿sería acaso por su singularidad, su hacer común o naturalidad?
Al inicio veía una facilidad y economía del tiempo en los medios digitales, la laptop, como recurso eficiente para producir obras que podían ser transportadas en un pequeño drive. Luego, la manera en que se presentaba esa imagen u obra, video, en dependencia del medio por el cual se hacía presente, era algo que podía contener una multiplicidad no solo de lecturas, sino de posibilidades para la obra misma.
Esa simultaneidad contenida en una sola pieza me produjo una flexibilidad a la hora de pensar la obra conceptualmente y ello provocó en mí, un repensarme en relación a lo que creía como verdad y realidad en el arte.
A partir de ahí, por pura curiosidad, comencé a pensar en las implicaciones perceptuales, psicológicas e interpretativas que traían para mí, la relación experiencial que tenía con la laptop y el arte que se producía con ella, vistos, asimilados y sentidos a través de la pantalla.
La pantalla, screen, como recorte de la realidad o plano del presente físico, en la cual el individuo se abstrae de su presencia física y del tiempo, para formar parte de otra forma de presencia y tiempo simultáneamente, nos brinda una elasticidad y articulación ondulatoria del pensamiento, en el cual los preceptos y conceptos aprehendidos comienzan a repensarse, saliendo de su inmutabilidad.
Ya la pantalla no es aquella por la cual se enuncia un mensaje para que todos asistamos a su orden como lo fue en el pasado siglo, ella ha cambiado culturalmente y se ha transformado hoy, con los nuevos avances en las telecomunicaciones e internet, en un espacio de libertad comunicativa permitiéndole una flexibilidad a la mente para la aprehensión del conocimiento y ser el individuo mismo el selector y manipulador de la información que adquiere y genera.
Las nuevas relaciones con el screen nos han cambiado la manera de interactuar entre nosotros, de comunicarnos, de ver la dinámica del tiempo en relación con la distancia, de pensar el espacio con sus múltiples apellidos, nos ha enseñado una forma diferente de enfrentarnos a lo efímero, a la materia, lo real, la ética, el recuerdo, el concepto…la forma en que nos pensamos a nosotros mismos, una metafísica otra y orgánica. Ese es el espacio de libertad al cual me refiero. Con esta multiplicidad de funciones, la pantalla en si misma se convirtió y es una necesidad de nuestro tiempo. Es el vehículo por el cual todo el mundo tecno virtual se hace presencia en el presente, en todos los escenarios de la vida cotidiana, en el segundo mismo en que la luz aparece iluminando su superficie, siendo el screen superficie y luz al mismo tiempo.
Presencia y ausencia
Toda información visual que nos llega hoy se nos hace real a través de la pantalla. ¿Pero que hace a la pantalla ser objeto elegido por el cual el mundo comienza a expresarse? Percibimos hoy que no solo basta con relacionar las cosas por cómo estas nos son dadas a través de la conciencia en comparación con el referente objetual. Más bien nos estamos relacionando con un referente más volátil que existe en la simultaneidad de ser perdurable y efímero en sí mismo en su ausencia de materia.
El screen engloba aquello a lo que Kant postulaba en el pasado, a una forma del ser en su sensibilidad, solo que con el desarrollo tecno virtual y tele comunicacional, no solo se encierra al pensamiento del ser como el ser en sí, sino que se ha expandido también a todos los aspectos fuera del hombre mismo.
Vivimos en constantes propuestas que existen no como materia sino como presencia de materia.
Pudiera ser que con solo nombrar a la cosa, proyecto o idea, baste para que cada cual entienda el mensaje y a la vez experimente su propia visión, o proyección de forma por cada individuo que la piense; que sea entendible para todos y que todos puedan producirla, pero ello trae otra necesidad, la de presentar, hacer presente a través de la luz esas proyecciones individualizadas del mensaje. Ahí comienza el juego del screen y su difuminación e incisión en los aspectos más diminutos y comunes de la vida cotidiana.
¿Qué es lo que nos seduce del screen, lo que nos hace depender de ella una vez que la poseemos?
Si pensamos el screen en su génesis podríamos remontarnos a su presencia antes del cine, la cámara oscura, y la dimensión cultural de la luz. Su esencia puede ser la luz. Sin la presencia de la luz en la superficie, no puede haber screen. Ya que el screen es un recorte de luz, una dimensión hacia otro tipo de luz, que no solo ilumina, sino que hace aparecer una imagen externa hacia un espacio interno como una aparición que puede ser traída hacia una superficie; la misma no pertenece a un lugar, está en todas partes. El screen está contenido en el espacio, ella es una presentación de un rayo de luz natural. (Principio de la cámara oscura).
Dicha presentación es de por si efímera, forma parte de la naturaleza y es su naturaleza. Contenerla ha sido la labor del hombre para no depender tanto de la aleatoriedad de la naturaleza y sus procesos. Como lo fue el fuego, el queroseno y la luz eléctrica, contener la luz, que fue contener el sol, es en sí contener una perdurabilidad del tiempo de vida, una idea de progreso. Quizás esa tendencia al contener y preservar, en este caso la luz que hace la imagen en la cotidianidad sea una de las razones por las cuales surgió aquella luz proyectada en una superficie a la que denominamos pantalla como objeto. Por ello hay una ausencia de apariencia pero no de presencia cuando la luz del screen se apaga. Pero ella nunca está del todo ausente, quizás estemos buscando en la luz, en el screen, una forma de integrarnos a la naturaleza, de entender sus procesos oscilatorios, su fluidez, su organicidad, su gestualidad, su integración. Ello está muy relacionado al sentido del ver, a crear existencias a través de la visión y a sus formas de percibirse.
Con ella se avecina todo lo que aún puede acontecerse, realizarse; no representa el agotamiento sino todo lo contrario, hasta grados más allá de la imaginación misma. Ella ha ocupado dos funciones claves, la de ver y hacer en su simultaneidad temporal, no hay tiempo que compita con ella, son ambas cosas. Brinda la posibilidad a la rectificación, reelaboración, reciclaje de aquello que a la vez estas creando, ha permitido una aceleración de la mente y una autoconciencia de sus propios procesos en una forma empírica y automática, funciones y aceleraciones que no habrían sido posibles sin la evolución de la ciencia informática, las personal computer y sin la hibridación del componente «televisor» hacia esas relaciones existentes en el hoy como internet y las telecomunicaciones.
Interface. Fracciones de un proceso
La interface, es un código que se muestra como mediador de dos formas del lenguaje, en procesos continuos de codificación y decodificación simultáneos que se gestan en los medios de comunicación. Esta tiene innumerables formas de mostrarse. En la escritura, por ejemplo, la interface es la materia o superficie que hace posible la comunicación en la que se inscribe una oralidad, inmaterial, por medio de la escritura remitiéndose a una forma visual semántica que es material.
Si la miramos desde el punto de vista del lenguaje pudiéramos decir que la interface se halla en la gramática sintáctica y la cultural, etapa final que conecta las formas inmateriales del sonido que emanamos por las cuerdas vocales como fonema, con la sintaxis que sería la forma de materia de esa inmaterialidad y el grafema como su forma tangible. Al igual que las relaciones del funcionamiento interno del cuerpo que se conectan a través de conductos nerviosos que viabilizan las respuestas de envío y entrada de señales externas e internas, o sea interfaces, con los demás órganos del cuerpo para el procesamiento de esa información que recibe por los sentidos y procesos cognitivos. Desde un punto de vista semiótico, sería una especie de micro-espacio en el borde o límite por el cual se conectan dos semiosferas distintas. La interface es la creación de un lenguaje intermedio que conecta semióticas distintas y las hace interaccionar.
Por tanto, la interface tecnológica, es una construcción fenomenológica de las praxis básicas de la comunicación. El lenguaje deviene interface, así como la inscripción es el medio que se utiliza para viabilizar y materializar ese lenguaje. Por consiguiente, la interface es un proceso común que ejercemos y manifestamos en las acciones y medios con los cuales nos comunicamos con otros y con uno mismo, vivimos expuestos a ella y a sus juegos semánticos. La misma se presenta tanto en el lenguaje como en el screen.
Los nuevos medios tecnológicos de comunicación han evidenciado la expansión masiva de la capacidad de la mutabilidad semántica, la disponibilidad a la variabilidad del mensaje que viaja a través de la interface en tantas formas y sentidos como sean posibles, previo a completar el ciclo de circulación inscritas en una fractalidad heterogénea1 capaz de plantear nuevos retos a las grandes corporaciones del siglo XXI. La interface aparece como mediador entre dos formas de lenguaje, o dos códigos semánticos y está expuesta a la re-significación una vez que un actor conozca e interaccione con estos dos tipos de códigos.
THE BIG BLUE EYE
En parte lo que me motiva de trabajar con la idea de los nuevos medios de comunicación, es que la mayoría de sus discursos se refieren a lo que acontece en el presente, todo lo que puede ser suscitado y develado, transformado o mutado en ese instante, en su real time.
En las piezas que conforman la serie THE BIG BLUE EYE y otras derivadas de la misma operatoria, como Horizonte 2 y Moon, discursan por medio de la interface sobre la alterabilidad de lo que se nos muestra a través del screen, aquello que planteaba Juan Martín Prada sobre el dúo Jodi.org en su libro Prácticas Artísticas de Internet en la Época de las Redes Sociales, “indagar crítica y creativamente en lo que se esconde y opera tras la cristalina luminosidad de nuestras pantallas”.
El grafico YC waveform, es un visualizador que se usa en los programas de edición para corregir los niveles de luminancia y color de la secuencia de video. Principalmente existen dos patrones que son, los rangos de luminancia de 7.5 de 100 IRE en los Estados Unidos, y el de Japón que establece un patrón de luminancia en un rango de hasta 0 a 100 IRE. Cada imagen o secuencia antes de salir al aire o circulación son primero reguladas por estos esquemas. Estos patrones establecidos por las industrias de las telecomunicaciones han ayudado a crear una cultura perceptual y visual en las sociedades contemporáneas en busca de sus propios beneficios, manipulando nuestra percepción a través de la imagen. Esta es la razón por la cual utilizo como pretexto a este grafico en varios de mis trabajos en serie como operatoria.
El histograma, el programa en sí, se presenta a él mismo proyectado sobre una superficie como motivo visual y pre textual en mis piezas, Horizontes, por ejemplo, es presentada como una video proyección sobre una pantalla, la cual consiste en un video en loop de un minuto que muestra a un paisaje urbano, que primeramente documenté y fragmente en 24 secuencias, para ser visto a través del YC waveform. Siendo la imagen un video abstracto de luz y color que ondula en los márgenes del esquema que propone el gráfico de ondas.
THE BIG BLUE EYE consistía en generar varios enviroments, video-instalaciones, site specifics que simplifican una serie de experimentos que vengo desarrollando alrededor de este gráfico aludiendo a numerosos y heterogéneos motivos que acompañan diversos paisajes urbanos, que a veces toman de referencia o insinúan a grandes obras de arte y cine como las pinturas azules de Ives Klein, Nam June Paik con electronic moon o Fantasía 1940.
Esta serie de instalaciones-ambientes son consecuencia de un cierre de experiencias anteriores trabajando con este gráfico, en las que poetizo las dinámicas aleatorias que son observadas y manipuladas dentro de un sistema de valores. El gesto es mostrar esa mediaticidad encerrada en su propia parábola, en su propia contemplación y seducción.
Una obra como Acción 1, era una experiencia audiovisual que como primera etapa buscaba tratar de encontrar una comunicación entre el computer y yo. A modo de ritual consistía en estar de frente a histogramas en estado de concentración durante el tiempo de la puesta en escena. Mientras la pieza invitaba a los espectadores a la contemplación hipnótica estos histogramas iban cambiando de color tras terminar un ciclo de secuencia, los cuales eran repetidos en loop. En esta acción el histograma representa la secuencia de un director de orquesta dirigiendo la tocata y fuga en re menor de Bach, sacada de la película experimental Fantasía 1940.
No obstante, ahora, como nuevo dato, el screen viene a ser modificado en mi arte. Mientras antes usaba una pantalla convencional como superficie para proyectar una imagen inmaterial, en acción 1, la pantalla entra a ser parte de la experimentación creándole una estructura tridimensional distribuida en el espacio como forma estética, a la vez, la inmaterial proyección en loop viene ahora a ser percibida sobre un intrínseco e imbricado volumen espacial que al final se resume en solo una pantalla.
Este principio experimental no es solo con la imagen, sino con la superficie en el cual la imagen viene a ser proyectada. Esta no solo se circunscribe al volumen construido dentro de un espacio, él ha salido fuera de la caja blanca. Pero esta vez yendo hacia una superficie que nos es dada de la realidad, en la cual, en una pieza específica, selecciono una vieja fábrica de oxígeno como escenario. La imagen es ahora proyectada sobre las ruinas de lo que fue esta fábrica, sobre sus paredes y columnas, proporcionando al visitante la facilidad de intervenir en la creación del enviroment desde la laptop, cambiando todo lo que se gestaba a su alrededor, en el mismo instante en el que el visitante entraba, proyectaba su propia imagen sobre la superficie.
En Ensayo 2, in site la secuencia traducida al histograma es el punto rojo intermitente que utilizan algunos de los estudios de grabación radial. Los sonidos ambientes son los que activan el movimiento de la secuencia, transformándola en un organismo vivo.
El mundo ha sido transformado en una telecomunicación, los destinatarios de los lenguajes han sido transformados ellos mismos en dispositivos de transmisión los cuales por si mismos median no ya representaciones sobre el mundo de las cosas, aunque también en tanto transmiten micro representaciones infinitesimalmente como diminutas narrativas, sino antes bien presentaciones en tanto media del principio mismo de lo que hace presencia en la presentación, media así el modo en que las imágenes se presentan, ofrece una presentación que el dispositivo hizo por sí mismo según esa cosa allí afuera, ese aparato.
Abdel Hernández, «Teorizando el media hoy», 2005.
En Ensayo 3 de Moon el sonido desaparece, excluyéndole a la pieza el único elemento o pista que lo conecta con el referente de su matriz o algún otro. La lectura del mismo se vuelca hacia su acertijo, su seducción y mediaticidad. La secuencia aparece suspendida en el espacio al ser proyectada sobre tiras horizontales de papel.
Esta serie es la presentación de una convivencia natural con la señal, con un impulso eléctrico al cual disfrazamos en imagen. Por medio de su presentación busco mostrar su mutabilidad. Por ello, no considero estas piezas como objetos cerrados en sí mismos, sino como laboratorios abiertos a la movilidad de sus contenidos.
En tanto, a partir de Horizontes2, las otras piezas hasta llegar a la serie THE BIG BLUE EYE, se van moviendo de una idea precisa hacia la aleatoriedad, de su racionalidad hacia la convivencia espacio-temporal. Por tanto las relaciones del arte como experiencia y ciertas formas de la video instalación, multimedia, net art, videojuego, entran a ser parte de un sensorium otro que habla más de las relaciones sensoriales y conductuales con una manera otra de ver e interactuar con el espacio.
Es aquello que Rancière postulaba como “un cambio de sensibilidad” el cual hace que las relaciones entre arte y experiencia estén más atentas a las significaciones e impulsos sensoriales e intelectuales que se suscitan en el espacio que la pieza transforma. El espectador se encuentra en una relación más proxémica con el site specific, o in site, en las dinámicas artísticas del hoy.
Ya el circuito del arte y sus agentes externos está pasando a formar parte de un tipo de arte espacial y temporal que nace de la consumación de experiencias múltiples, en una diversidad de sensoriums que define alguno de los nuevos cambios entre el arte como gesto y su sociabilización como campo. Reconozco hoy explícitamente esta relación dada entre el espectador y la obra de arte más allá de los prejuicios estéticos.
EN LO ALTO…LA LUZ SE DESPOJA DE SU ROPA. 5MIN. Se trata aquí de una intervención en la Antigua Fábrica de Oxígeno de Althabana, desarrollada en un trabajo en dúo con el sonidista Rafael Rodríguez. A través de la intervención de luz y sonido buscamos una forma distinta de relacionarnos con los espacios urbanos. A modo de workshop esta intervención parte de un gesto de convivencia directa con el proceso de creación y el espacio físico.
5MIN. invitaba al que inesperadamente pasase, a detener los sentidos al menos por unos segundos para así aprender a ver al espacio común de otra manera. El transeúnte interviene el espacio ya sea a través de la contemplación pasiva o de la interacción con el programa a través de la webcam. La imagen era controlada por la música y por el juego del espectador con la cámara. El cambio de percepción data al interactuar con espacios olvidados por su estado natural; los cuales a través de la incidencia de luz, sonido y gesto no solo cobran vida, sino que esta postura se transforma en un halo poético al sugerir un estado de convivencia citadina con las ruinas de un tiempo congelado. Aunque todo lo que se generaba partía de un circuito cerrado y un data process in real time; lo que propone es una visión optimista de relacionarnos con nuestras circunstancias, a través del arte.
Esta acción no era anunciada como arte, ni constaba de inauguración, todo aquel que pasase cerca del espacio intervenido era partícipe del gesto siempre y cuando quisiera entrar a formar parte de ella. Al visitante le era dada una linterna y la webcam para que jugase con ella durante 5 minutos, y así ser él mismo partícipe y generador del enviroment. El propósito de la acción de un día era muy simple, llamar la atención sobre espacios olvidados por su condición de ruinas, por medio de un cambio de percepción de los mismos al intervenirlos con luz. Las imágenes eran generadas en tiempo real. Aquí se toman como referencia prácticas del enviroment, el mapping, el happening y la intervención pública.
Algo sobre el screen en el arte contemporáneo
Si nos adentramos hacia el estudio del screen encontraremos que han sido pocos los intentos sobre el tema. Por lo general la crítica se ha enfocado en dos aristas principalmente: Una que analiza el screen desde lo negativo de la cultura de los mass media, obviando el campo cosmogónico que esta le propone a los sentidos dentro de la cultura. Otra forma deviene de su relación con el espacio del cine y el video-arte, en el que para estos últimos el screen no es contenido, solo demanda atención para la crítica aquello se proyecta sobre él. No obstante, existe otro grupo que repara en el screen como cultura, explorándola como forma y como concepto. Los aspectos sensoriales, estéticos y conceptuales que la pantalla produce como fenómeno en sí, modulan formas de hacer que ya no son acordes ni con la crítica convencional del video arte y la video instalación, ni con la cultura de los mass medias. Esta repara en la relación armónica que conectan los espacios de lo intelectual y puro del arte con lo sensorial y lo estético que viene de la forma, no hay conflicto entre ambas partes, por ende la manera en que se sienten los discursos en el arte son otras.
La cimática que deviene del campo de la física se ha convertido en un espacio experimental en las artes visuales y en la música electrónica. Ha tomado prevalescencia en el arte para la representación dinámica de las frecuencias modales del sonido electrónico en esquemas modulares de visualización de ondas proyectadas en el espacio. Alva Noto es el alias del artista alemán del sonido, Carsten Nicolai que se vale de la cimática para representar el sonido en secuencias audiovisuales abstractas de datos en visualizaciones de ondas, osciladores y generadores de tono. Esos sonidos de transmisiones eléctricas de información como ahora tonos de fax, sonidos de módem o clics de teléfono son sampleados y organizados en bucles a los cuales Nicolai añade otros sonidos electrónicos en diferentes planos a medida que la composición avanza. Ryoji Ikeda uno de los artistas de música electrónica más importantes de Japón, ha desarrollado numerosas instalaciones y presentaciones multimedias data.tron [prototype] (2007) y spectra II (2002) en las que su obra se concentra en las minucias de los ultrasonidos, visualizando sus frecuencias y otros gráficos del mismo. Su trabajo se concentra en la percepción del tiempo con que nos es dada la información que viaja en el espacio físico. Junto a Carsten Nicolai, trabaja en el proyecto colaborativo «Cyclo.», con música programada y módulos audiovisuales para la sincronización en tiempo real del sonido y la imagen. Ambos toman de la video instalación, el video arte y el mapping.
En mis piezas, los histogramas se conectan con la cimática en esta idea de mostrar estéticamente la presencia del mundo digital y sus posibilidades de visualizar procesos que antes no eran vistos tan fácilmente. Aunque difieren en parte del campo de investigación, puesto que la cimática busca representar matemáticamente a través de la física y la tecnología los sonidos. En mi caso, la imagen no es una visualización del sonido, sino la imagen misma vuelta frecuencia. Tanto las instalaciones multimedias, video instalaciones interactivas, mapping, micro cines urbanos son pensados para existir in site. La relación sensorial y sinestésica como experiencia directa que ofrecen en el espacio es un componente trascendental para comprender aquello de lo cual discursan. Es un arte que no puede separarse de la experiencia vivida, ya que existe en ese corto espacio-temporal. Muchas de estas obras mantienen una relación armónica y necesaria con el site specific, y dependen de las coyunturas espaciales que el propio espacio exige y demanda. Los géneros de la pantalla expandida son maneras de socializar el espacio de la mente más allá de la ventana o recorte del desktop, mostrando su trascendencia.
Las piezas que elaboro no son más que consecuencia de esa cultura audiovisual que nuestra relación con el screen ha creado en lo repetitivo, lo mutable y maleable, en lo sincrónico del tiempo como lenguaje; en su perceptual sublime, estético y retiniano; en lo relacional que evoca dentro de su existencia en lo nómada, de su imagen expandida en el espacio. Es un territorio abierto a contenidos que van mutándose y reconfigurándose con el pasar del tiempo, siendo en sí un espacio temático complejo e inagotable. Este discursa sobre el presente y amerita inmediatamente nuestra atención.
Notas
1-fractalidad heterogénea1 extraída del ensayo Teorizando el media hoy By Abdel Hernández San Juan, un capitulo en los libros de Abdel The Presentational Linguistic y The Intangible, http://www.digitalcultures.org/Library/El%20Presentacional.htm, http://www.digitalcultures.org/Library/Lo%20Intangible.htm
Bibliografía
Abdel Hernandez San Juan, Theorizing Media Today, capitulo en los libros, The Presentational Linguistic http://www.digitalcultures.org/Library/El%20Presentacional.htm, y The Intangible, http://www.digitalcultures.org/Library/Lo%20Intangible.htm
Abdel Hernandez San Juan, Acrobats: Aissa Santiso, ensayo no publicado incluido en los libros compendios de crítica de Abdel, Neither Inside nor Outside y Texere
Abdel Hernandez San Juan, «The Phenomenic/Phenomenology of Technology», capítulo en The Given and the Ungiven, http://www.digitalcultures.org/Library/Lo%20Dado.htm and at «The intangible», http://www.digitalcultures.org/Library/Lo%20Intangible.htm, también leído como lectura en el panel Art, Technólogy and Environment, Abdel Hernandez San Juan, Maira, Paradigmas de Arte y Ciencia y Luis Gómez, Vicisitudes de la práctica del arte con nuevos medias
Rosalind Krauss, Video: the Aesthetics of Narcissism, en Battock, G. (.ed.) New Artist Video. A Critical Anthology. Nueva York: E. P. Dutton, 1978, pp.43-64.
Jacques Derrida, Ousia and Gramme, Márgenes de la Filosofía, Ediciones Catedra, Madrid, 1989, (Time and Presence), Tiempo y Presencia, (Ousia at Gramme), edición electrónica, www.philosophia.cl/Escuela de Filosofia Universidad Arcis, publicado como En Tiempo y Presencia, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1971, publicado por primera vez en L Endurance de la Pensee, Plon, Paris, 1968, publicado posteriormente en Margenes de la Filosofia, Margings of Philosophy, The University of chicago Press
Umberto Eco, La Estructura Ausente, Editorial Lumen, 2005
Umberto Eco, La Obra Abierta, Seix Barrall
José Luis Brea, «Screen Art». La era Postmedia, Editado en formato PDF el 27 de octubre 2002.
Juan Martín Prada, Prácticas artísticas e internet en la época de las redes sociales. Ediciones Akal, S. A., 2012
