Desde hace varios años vemos cómo, en algunos estudios, el paisaje como concepto va siendo atravesado por formas de representar los flujos y movimientos que suceden en el conjunto de redes que llamamos Internet. Más allá de la percepción del paisaje entendido como horizonte, (percepción externa- que está afuera), coexisten otras cartografías enfocadas a la exploración de los flujos de movimientos que ocurren en las sociedades inteligentes. Internet y la red, han generado formas otras de entender el espacio más allá de los límites marcados por el horizonte, el paisaje en la red se presenta como un gran complexo de flujos que ocurren simultáneamente (Castells en La era de la Información 1996-1999). Nociones como territorio, cuerpo, horizonte y naturaleza, adquieren otras connotaciones y formas de representarse a través de las pantallas, estos flujos de información conectados en redes generan ecosistemas independientes, así como sus propias cartografías.
En las redes blockchain, una de las formas de representar a los cuerpos son a través de las wallets de los usuarios y sus infinitas conexiones. Al ser la blockchain pública unos ecosistemas de nodos autónomos dentro de Internet, cada wallet, contrato que existe dentro de ella, puede ser representado, trazado y explorado por medio de sus infinitas interconexiones. Estamos ante la emergencia de nuevas cartografías digitales que influirán en las futuras representaciones de los cuerpos en los espacios cotidianos así cómo sus relaciones, ya sean contractuales o indexadas. Estos graficos, que ya estan sucediendo, son una de las representaciones que toman forma para la interpretacion de los comportamientos de los ecosistemas en blockchain y sus comunidades. Estos paisajes digitales en la blockchain se presentan como unos estudios orgánicos en tiempo real de estos complexos sociales y financieros, que quizás con el pasar del tiempo lleguen a situarse en la vida cotidiana modulando nuestras percepciones.

